Es un Placer Olerte: El Saludo a Través de un Apretón de Manos Podría Involucrar a Nuestro Olfato

01.03.2015

Según un estudio del Instituto Weizmann, la gente se huele las manos dos veces más después de un apretón de manos

¿Por qué las personas se dan la mano al saludarse? Un nuevo estudio del Instituto Weizmann sugiere que una de las razones de esta antigua costumbre podría ser para verificar el olor de otra persona. Aunque sea de manera inconsciente, el saludarse con las manos podría ser una forma socialmente aceptable de comunicarse a través del sentido del olfato.

No solamente nos olemos frecuentemente las manos, sino que lo hacemos durante mucho más tiempo luego de haber estrechado la mano a otra persona, según ha sido revelado en este estudio . Según fue reportado hoy en la revista eLife, el número de segundos durante los cuales los sujetos se olieron su propia mano derecha, se duplicó después de que el experimentador los saludó con un apretón de manos.

“Nuestros hallazgos sugieren que la gente no sólo está expuesta pasivamente a señales químicas socialmente significativas, sino que las busca activamente,” dice Idan Frumin, estudiante de investigación que condujo el estudio bajo la guía del Prof. Noam Sobel, del Departamento de Neurobiología del Weizmann. “Roedores, perros y otros mamíferos comúnmente se huelen a ellos mismos y a otros durante interacciones sociales, y parece ser que durante la evolución, los humanos mantuvieron esta práctica, pero solamente a nivel subliminal.”

Para determinar si al estrecharse las manos son transferidos olores corporales, los investigadores utilizaron inicialmente guantes para apretar las manos desnudas de un grupo de sujetos. A continuación hicieron pruebas en los guantes para determinar si tenían residuos de olores. Ellos descubrieron que un simple apretón de manos es suficiente para transferir varios olores que se sabe que funcionan como señales químicas entre mamíferos. “Es sabido que a través del contacto de la piel que ocurre durante un apretón de manos se pueden transferir gérmenes. Sin embargo nosotros demostramos que mensajes químicos en potencia, llamados quimioseñales, pueden ser transmitidos de la misma manera”, dice Frumin.

Posteriormente, para investigar el papel potencial que tiene el saludo de manos en la comunicación de olores, los científicos utilizaron cámaras ocultas para grabar a unos 280 voluntarios antes y después de ser saludados por un experimentador, quien algunas veces les estrechó las manos y otras no. Los investigadores encontraron que luego de un apretón de manos dado con un experimentador del mismo género, los voluntarios duplicaron el tiempo durante el cual se olieron la mano derecha (utilizada para saludar). En contraste, al dar la mano a un experimentador de género opuesto, los voluntarios aumentaron el tiempo en el que se olieron la mano izquierda (la que no utilizaron en el saludo). “El olfato juega un papel particularmente importante en las interacciones dentro del mismo género y no solamente entre géneros como es comúnmente asumido”, dice Frumin.

 

Subsiguientemente, los investigadores realizaron una serie de pruebas para asegurarse de que el proceso de olerse las manos realmente servía para verificar los olores y no era una respuesta nerviosa a una situación extraña. Primero, midieron el flujo de aire nasal y comprobaron que los voluntarios realmente se olían las manos y no sólo las acercaban a la nariz. Resultó que la cantidad de aire que inhalaban se duplicaba cuando los voluntarios acercaban las manos a sus caras. Posteriormente, los investigadores descubrieron que al introducir artificialmente distintos olores en el contexto experimental podían manipular el proceso de olerse las manos. Por ejemplo, cuando los investigadores introdujeron al experimento un perfume comercial unisex, los voluntarios se olieron más las manos. Por el contrario, cuando utilizaron olores derivados de hormonas sexuales, el olisqueo disminuyó. Estas últimas pruebas confirmaron la naturaleza olfativa del olisqueo de las manos.

En este estudio participaron Ofer Perl, Yaara Endevelt-Shapira, Ami Eisen, Neetai Eshel, Iris Heller, Maya Shemesh, Aharon Ravia, la Dra. Lee Sela y la Dra. Anat Arzi, todos miembros del laboratorio del Prof. Sobel.

“Los apretones de manos varían en intensidad, duración y postura, por lo que expresan informaciones sociales de varios tipos,” dice el Prof. Sobel. “Nuestros descubrimientos sugieren que en sus origines evolutivos, el apretón de manos podría también haber sido utilizado para transmitir señales olfativas, las cuales pueden seguir siendo un componente relevante, aunque subliminal, de esta costumbre.”

 

Los proyectos de investigación del Prof. Noam Sobel son financiados por el Centro Norman y Helen Asher de Imagen Cerebral, el cual él dirige; el Centro Nella y Leon Benoziyo de Neurociencia, el cual él dirige; el Instituto Carl y Micaela Einhorn-Dominic de Investigación Cerebral, el cual él dirige; el Laboratorio Nadia Jaglom de Investigación de la Neurobiología del Olfato; la Fundación Adelis; el Sr. y Sra. H. Thomas Beck, Canadá; la Fundación James S. McDonnell del Programa de Investigación de Ciencia del Siglo XXI en la Comprensión de la Cognición Humana; la Fundación Minerva; el Consejo Europeo de Investigación; Nathan y Dora Oks, Francia; Mike y Valeria Rosenbloom a través de la Fundación Mike Rosenbloom; y el Fondo David Levidow. 

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