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Durante más de cien años los científicos han discutido cuál es el origen del sistema linfático – un sistema paralelo al de los vasos sanguíneos que sirve como conducto para todo, desde células inmunitarias hasta moléculas de grasa y células tumorales. Este tema ha sido recientemente resuelto por la Dra. Karina Yaniv, del Departamento de Regulación Biológica del Instituto Weizmann. En un estudio publicado recientemente en Nature, ella y su equipo revelaron cómo el sistema linfático se desarrolla en el embrión y por primera vez lograron cultivar células linfáticas en el laboratorio.
Algunos científicos aseguraban que el sistema linfático derivaba de células madres especializadas llamadas angioblastos, mientras que otros proponían que se originaba de la diferenciación de venas embrionarias preexistentes. Esta última hipótesis se tornó el modelo aceptado.
Sin embargo, al progresar la investigación en el laboratorio de Yaniv, se esclareció que las dos ideas eran ciertas: las células linfáticas realmente crecen en venas, pero se originan en un nicho de angioblastos dentro de la vena.
En las etapas iniciales del proyecto de investigación, los miembros del equipo de Yaniv, Julian Nicenboim y el Dr. Guy Malkinson, obtuvieron imágenes de embriones de peces cebra en desarrollo, cuyos cuerpos transparentes permiten documentar el desarrollo embrionario en tiempo real durante varios días. Los científicos vieron las grabaciones, para identificar el instante en el que el sistema linfático comienza a formarse. Para su sorpresa, ellos descubrieron que las células que daban origen a los vasos linfáticos siempre se originaban en la misma parte de la vena principal del embrión. En ese punto, los científicos encontraron un nicho de angioblastos, aquellas mismas células que hace cien años se creía que eran la fuente de los vasos linfáticos, pero que fueron posteriormente ignoradas.
Un exhaustivo análisis genético, realizado con la participación de los estudiantes de doctorado Tal Lupo y Lihee Asaf, señaló a un gen llamado WNT5B, que reveló ser el factor que induce a las células madre a diferenciarse en células linfáticas. Cuando el becario posdoctoral, el Dr. Yogev Sela agregó WNT5B a células madres embrionarias humanas, estas células se diferenciaron en células linfáticas; la primera vez que estas células fueran cultivadas en un laboratorio. “Empezamos tomando imágenes de peces cebra y acabamos encontrando un factor que permite crear células linfáticas”, dice Yaniv. “Ésta es la belleza de la investigación en la biología del desarrollo: el embrión tiene las respuestas y lo único que tenemos que hacer es observar y aprender”.
Además de la proeza de haber encontrado la respuesta a la antigua pregunta de cómo se origina el sistema linfático, entender cómo este se forma y desarrolla podría proveer importante información sobre las enfermedades, desde la metástasis hasta la acumulación anormal de fluidos linfáticos, particularmente luego de una operación en la que se remueven tumores cancerosos.
Esta investigación fue realizada en conjunto con los laboratorios del Prof. Itai Yanai del Technion – Instituto Israelí de Tecnología, del Dr. Jacob Hanna, del Departamento de Genética Molecular del Weizmann, y del Prof. Nathan Lawson, de la Universidad de Massachusetts.
Las investigaciones de la Dra. Karina Yaniv son financiadas por el Instituto Henry Chanoch Krenter de Imagen Biomédica y Genómica; la Beca Karen Siem para Mujeres en Ciencia; el Carolito Stiftung; la Fundación Adelis; el Fondo David M. Polen y el Fondo de Georges Lustgarten. La. Dra. Yaniv es titular de la Cátedra Louis e Ida Rich de Desarrollo Profesional.